"Dejó tras de sí algo que había llegado mucho tiempo antes que él: algo que sobreviviría más allá de la destrucción, mas allá de la tiranía: una presencia en Egipto destinada a permanecer de pie cuando el poder de Roma no fuese más que polvo en el polvo de los siglos. Una presencia que era la memoria eterna de los pueblos y la victoria del hombre contra los crímenes del tiempo.
Pues desde los siglos más remotos está escrito:
el hombre teme al tiempo
y el tiempo solo teme a las pirámedes"
Terenci Moix, No digas que fue un sueño.